El pasado viernes 13 de junio de 2014 dos intrépidas montañeras y tres avezados montañeros del Club Deportivo de Ingenieros Industriales, los que quedaban tras las sucesivas bajas que este año ocurrieran (por otro viaje de placer, o viaje de trabajo, por enfermedad de familiar, por exploración de los bajos, por acumulación de circumstancias imprevistas, por baja forma ...), se ponían en marcha desde distintos puntos del área metropolitana de Sevilla (la propia capital en San Jerónimo, el centro y los Bermejales, y fuera de la capital en Dos Hermanas y Gines) para poner rumbo a Durcal, unas 3 horas de carretera, con una breve parada en Loja para reagruparnos.
Cerca de las nueve de la noche abadonábamos la autopista A44 de Granada a Motril en la salida de Dúrcal, y tras varias paradas y preguntas y una vuelta casi completa al pueblo, y cuando ya volvíamos a salir del mismo, decidimos preguntar, sin mucho éxito, por los apartamentos rurales en los que esperábamos poder descansar esa noche. Como quiera que alguno de los integrantes del grupo había preparado el acercamiento, dimos media vuelta y nos adentramos en el pueblo hasta llegar a la antigua carretera y un plaza en la que nos orientaron definitivamente.

Localizado el edificio de apartamentos, llevaba ya el fatídico España-Holanda varios minutos de juego, sucedía que no localizaban las llaves del que nos habían asignado en base a reserva previa. Decidimos descargar primero en el patio del "complejo" y luego trasladar todo el equipo al cuarto de los trastos, e ir a hacer tiempo llenado la panza mientras localizaban nuestras llaves, y de paso contemplar espantados la goleada que gran parte de España no acaba de diregir y comprender.

Tras los boquerones, adobo, ensaladilla y pipirrana regadas con algunas cervezas con y otras sin, avisados ya de que las llaves habían aparecido, y con el chaparrón de goles anaranjados resonando, nos volvimos a presentar en el sitio. Nuevo traslado de bártulos, mochilas, hierros, bolsas ... Oh, que acogedor, todo nuevo y muy amplio, no puede ser, es maravillllllllllooooo.....sso?????? Una cama doble, una simple y ... pero si somos cinco? la propaganda decía para cicno personas. Sí, así es, en el salón hay un sofá cama doble. Ah.
Bueno, tiene fácil solución, las señoras cuñás a la habitación de matrimonio. Los maromos a sorteo, el 1 a la cama individual, el 2 al sofá cama y el 3 al suelo. Ah, bueno, pues no sé.
Venga, cada uno coja un trozo de estos tres papelillos con un número. Hecho,1, 2 y 3. Un momento, un momento, dice el 1. Pero porqué tiene que dormir el 3 en el suelo si el sofá cama es doble. Y el 2 horrorizado replica: sí, vamos, pero no lo hemos sorteado? Anda, le dice el 1 al 2, vete tú a la individual. Y quedó zanjado el asunto. Rondaba la una de la madrugá.
¿A que hora has quedado con Jaime el del landrover? A las 5:45, a ver si podemos estar arriba con las primerar luces.
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A las 7 de la mañana del sábado 14 de junio de 2014 ya estábamos en marcha, a más de 2.000 metros, después de un interesante paseo en Landrover de 9 plazas desde Dúrcal y pasando por Nigüelas, hasta varios kilómetros más allá del cortijo de Echevarría, sobre la acequia de los Hechos, entubada en este tramo, hasta que alcanzamos la cascada.

En esta primera foto se ve la caída de la acequia en todo su esplendor, foto tomada por Jacobo al día siguinte ya de vuelta.

Estamos cruzando la cascada de la acequia, en el punto en el que el sifón recoge el agua que puede y el resto cae como se ve en la foto anterior. Pero desde este punto, la caída la ocultan algunas rocas, por lo que atravesamos la escorrentía sin temor a lo desconocido.
























Foto: Jacobo

Foto: Jacobo









Subíamos a Tajos Altos.

Abajo el grupo esparcido en la subida.



Vistas desde Tajos Altos, a 3110 aprx. del Cartujo, el Veleta, Elorrieta, al fondo del Mulhacen, y el valle de Lanjarón con su laguna al final. Sobre el Mulhacen comienza a cubrirse el cielo de la sierra.


Y vista en la otra dirección hacia el Caballo. Cielo bastante limpio, pero al mirar de nuevo atrás, las anunciadas nubes de evolución. Pero aemet había escrito que hoy solo eso, nubes de evolución.


Abajo el valle de Lanjarón y el refugio del Peñón Colorao, por donde tendríamos que pasar más tarde, pero que al final no pudo ser.








Pero hasta aquí pudimos llegar. Nos encontramos este neverito, con ganas de desplomarse a tenor de la brecha que lo atravesaba de parte a parte, de modo que aquí nos dimos la vuelta en Verea Cortá, desandando lo andado desde la laguna Cuadrada, y tomamos dirección al refugio de la laguna del Caballo.




Son ya casi las tres de la tarde, pocos minutos faltan, y tras atravesar un par de neveros con alguna zona hielo, algún resbalón con rodilla a tierra de alguno, y en algún caso clavando los bastones para apoyar en ellos la bota, llegamos a la laguna del Caballo. Jacobo se había adelantado y tomado posesión del refugio.


Y desde este momento y hasta la mañana siguiente, ni una foto más. Creo que andábamos un poquito perjudicados, pues desde Laguna Cuadrada no habíamos hecho ninguna parada y habíamos forzado algo la marcha para almorzar en el refugio del Caballo. Además el cielo se había ido cerrando poco a poco, como puede verse en la dos fotos anteriores.
Pero para comer hacía falta agua. Y no se veía manar por ningún sitio. Le dimos la vuelta a la laguna y nada. Nos acercamos al nevero al pie del caballo y no acertamos a encontrar por donde alimentaba la laguna.
Comenzaron a llegar grupos, casi todos con tiendas. Al final solo otros cuatro montañeros se acoplaron con nosotros dentro del refugio. Otro par usó sus fundas, y los demás montaron hasta cuatro tiendas alrededor de la laguna.
Pero sí, al final gracias a un grupo que bajo por el nevero, conseguimos indicaciones del lugar donde podíamos coger agua. No sin antes haber potabilizado un litro en el salidero de la laguna, varios metros más abajo de la misma. Alguno comentó que no era buena idea, no explico porqué.
El domingo después de desayunar, y de recoger más agua, perfectamente repuestos tras la noche, y sin ninguna prisa, nos dirijimos a la cima del Caballo.







Foto: Jacobo

Foto: Jacobo

Foto: Jacobo

Foto: Jacobo



Foto: Jacobo

Foto: Jacobo



